Conversación sobre la droga de la <em>apalabra</em>

Conversación sobre la droga de la apalabra

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Marco Androsiglio, Éric Colas, Frédérique Musset-Bilal, Mathilde Braun, Cristóbal Farriol, Coralie Haslé, Pierre Sidon y Tomás Verger. Y con la asistencia de Olivier Talayrach (TyA-Paris)

Pierre Sidon: Partamos de una hipótesis: no se necesitan drogas si se delira lo suficiente: “secreten sentido con fuerza y verán cuánto más cómoda se vuelve la vida” decía, irónicamente, Lacan[1]. También: “la psicosis paranoica y la personalidad (…) son la misma cosa”[2]. Era en el año 75 y no muy diferente de sus inicios cuando afirmaba la “homología del delirio y de la personalidad”[3]. Si la paranoia es “un enredo imaginario”[4], la certeza puede “curar” la falta o el exceso de sentido. Muchos se curan de una adicción mediante una certeza dogmática o religiosa.

Tomás Verger: Sí, y ya en el año 46, Lacan proponía que “una cierta dosis de Edipo”[5] podría tener el efecto de un “medicamento desensibilizador” sobre el humor.

 

¿Bastaría entonces hacer hablar para desintoxicar?

Marco Androsiglio: Hay drogas que hacen hablar o delirar. Además, en la clínica se encuentran cada vez más sujetos que toman drogas solo para hablar y en los grupos: es chem… sin sexo.

Mathilde Braun: Tengo la misma experiencia clínica. ¿Pero este parloteo es una “palabra plena” en el sentido de Lacan o una experiencia de goce?

Frédérique Musset-Bilal: También hay Psicoterapias Asistidas por la toma de drogas[6] de las que se espera un desbloqueo de la palabra.

Coralie Haslé: Esperamos el relato de la experiencia como el relato de un sueño.

Cristóbal Farriol: ¿Pero no se confunde la alucinación con el decir?  Aquellos que toman drogas para hablar no pueden decir nada después.

MA: No podemos esperar saber de la droga.

PS: Es lo que dice Lacan en “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo” a propósito de los alucinógenos: “en ningún caso una ascesis que sería […] epistemógena o noófora”[7].

MA: Y si la cura es una paranoia dirigida, ¿cómo dirigir lo que provoca el alucinógeno?

PS: Las producciones artísticas o intelectuales bajos el efecto de las drogas suelen ser decepcionantes. Lo único que extraen quienes consumen es bajo bien un de-saber, ya que la droga devela o afloja una cierta rigidez.

FMB: Y revitaliza un cuerpo que está mortificado.

MA: Por ende, efectos de goce…

 

Tóxico o delirio: ¿una respuesta a lo real del sexo?

MB: Y diferentes para cada uno: muchos no sienten ningún interés sexual, o incluso no soportan ser tocados bajo efectos de las drogas que se consideran entactogénicas.

Éric Colas: Y muchos practicantes del chemsex abolieron su consentimiento más allá del placer, en pos de un goce de la violación programada gracias al tóxico.

CF: Pero hablar, así como el acto sexual, bajo los efectos de drogas, implica vérselas con lo real sexual en ambos casos. Tal practicante del chemsex se drogaba para no tener vergüenza, tal otro se encuentra confrontado a la falta de sentido, hablar carece de interés. Bajo los efectos de la droga, parlotea.

MA: Y a la inversa, otro solo podía tener una relación en la sauna con la condición expresa de no escuchar ni una sola palabra.

PS: Hay el goce mudo y el goce de la palabra.

CH: Y el goce de la palabra vacía.

 

Un circuito: ¿con o sin el Otro?

CF: Pero lo que algunas drogas tienen de nuevo es suscitar las ganas, mientras que las antiguas solo desinhibían ganas ya presentes…

FMB: La adicción instala, digamos, un pseudo-deseo

PS: ¿No hay que diferenciar esto del deseo, que es el circuito pulsional que pasa por el Otro, y se aleja del autoerotismo?

CH: He aquí la pregunta: los consumidores de drogas, como quienes juegan a juegos de mesa, ¿están en relación con el Otro?

 

¿Consumir parafuncionar normalmente”?

CH: Antaño se consumía para hacer cosas extraordinarias, hoy en día se consume para “funcionar”.

CF: Se consume para ser normal.

PS: Se trata entonces de borrar la singularidad: el síntoma.

MB: La droga, ¿vendría al lugar de aquello que aporta el valor fálico?

MA: Daría una ilusión de sentido…

CF: En inglés hay una asonancia entre illusion y delusion, que significa delirio.

PS: La ilusión que no es causada por el significante es evanescente, al contrario del delirio que es propio del ser hablante.

MA: El consumo serviría para protegerse de la significación fálica.

TV: Cuando hay divorcio, por estructura, con respecto al falo.

MA: Y a su vez, hay divorcio del falo para casarse con el pene.

TV: En tanto y en cuanto el órgano no esté fundado en el significante como dice Lacan en … O peor[8].

PS: Todo esto no instituye pues una relación con el Otro, al contrario del delirio y de la palabra.

 

¿Tóxico y lo social o delirio duradero?

MA: Se trata más bien de rechazar al Otro, su demanda…

CH: La toxicomanía parece haber perdido su aspecto subversivo.

PS: Ha habido subversión de la subversión, como dice Éric Laurent.

MB: Es el resultado del ascenso al cénit social – lo social como dice J.-A. Miller – del objeto.

PS: Es la lógica, en efecto, del objeto…

MB: Del empuje a gozar…

PS: Sí, porque el goce es por excelencia lo que fragmenta el cuerpo… Y el cuerpo social. La víctima es el prototipo del desecho y por eso las intersecciones dividen al infinito en vez de reunir.

MB: Y si el consumo también puede ser un lazo sociel, es un lazo de goce.

PS: ¿Pero vale como lazo social si no limita el goce?

CH: Pero las adicciones a menudo fracasan en un lazo social duradero, por lo que hay que empezar nuevamente.

TV: Sí, pero el tóxico no es límite porque es sustancia y no significante. De allí que la desregulación sea frecuente…

CH: ¿Entonces el tóxico sería un ersatz? ¡Seamos menos radicales!

PS: ¡La radicalización es propia de la época! Y según Éric Laurent, “es la radicalización del goce”[9]: ¡podemos estar tan drogados por nuestras teorías como por ideologías! ¿No conviene que trabajemos más bien en una pragmática del buen uso? Se trata, pues, de humanizar el goce, bajo transferencia.

 


[1]  Lacan, J., Hablo a las paredes, Buenos Aires, Paidós, 2019, p. 102.
[2]  Lacan, J., El Seminario, libro 23, El sinthome, Buenos Aires, Paidós, 2006, p. 53.
[3]  Lacan, J., De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, Buenos Aires, S. XXI ed., 2012, p. 53.
[4]  Lacan, J., R.S.I., clase del 08 de abril de 1975, Ornicar? 5, hiver 75/76, p. 37-46.
[5]  Lacan, J., “Acerca de una causalidad psíquica”, Escritos I, Buenos Aires, Siglo XXI ed., 2007, p. 180.
[6]  Psicoterapias Asistidas por psicodélicos, Hospital Universitario de Ginebra.
[7]  Lacan, J., “Subversión del sujeto…”, Escritos II, Siglo XXI ed., p. 757.
[8]  Lacan, J., El Seminario, libro XIX, …o peor, Buenos aires, Siglo XXI ed,. 2007, p. 757.
[9]  Laurent É., « L’inconscient et l’événement de corps, entretien avec Éric Laurent », La Cause du désir, n° 91. Paris, Navarin, 2015, p. 20-28.
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