Perspectivas de una elaboración colectiva en la clínica con toxicomanías

Perspectivas de una elaboración colectiva en la clínica con toxicomanías

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Fabián Naparstek (Buenos Aires)

En el 4º Coloquio Internacional TyA partimos del aforismo de Lacan Todo el mundo es loco, es decir, delirante[1], y lo hemos puesto en tensión con el tóxico. A partir de allí, ocho grupos de la red internacional del TyA del Campo Freudiano, distribuidos en diferentes lugares del mundo, han presentado sus elaboraciones. Fundamentalmente a partir de la práctica clínica que llevan a cabo día a día.

El par delirio – tóxico se ha presentado desde diversas perspectivas. En el prólogo, los colegas de París aseveran que si se delira lo suficiente, no haría falta el consumo. Nos dan a entender que hay, cada vez más, un consumo ordinario, una droga para ser normal. En efecto, se arma el par entre todo el mundo es loco y un consumo que busca una droga para ser normal. En el trabajo que nos traen colegas de Argentina – el texto intitulado “Tóxico ◊ delirio”la oposición se establece entre el silencio de la intoxicación y la cadena significante que es necesaria en el delirio.

A su vez, se desprende rápidamente un nuevo par entre intoxicación y abstinencia.  Nuevamente la clínica nos lleva la delantera y muestra la necesidad de la prudencia hasta que se diagnostique la función que tiene la droga para cada sujeto. Los colegas de Barcelona nos recuerdan que interrumpir el consumo puede desencadenar un delirio, pero también el consumo puede provocar el delirio. En ese sentido, el texto “Abstinencias y delirios” de colegas de Argentina, ubica el valor de una abstinencia bajo transferencia, donde el caso R. despliega un delirio edípico y establece una diferencia con el caso L., en donde el consumo de cocaína supone la capacidad para “no sentir ni escuchar a las brujas”. En este último caso, habría una abstinencia impuesta que dejaría al sujeto sin esa capacidad, al menos hasta que encuentre una alternativa mejor para no escuchar esas voces.  De un lado, una abstinencia que permite una nueva respuesta y del otro lado, una intoxicación que aparece como una cura encontrada por el propio sujeto. Así lo plantean los colegas de Barcelona, el consumo para el sujeto presentado, tenía la función de curarlo ante el “Ay” constante del cuerpo. Se desprende así la necesidad de localizar el uso singular que cada sujeto puede hacer, tanto de la intoxicación, como de la abstinencia. Se trata de “la variable x”, como fue recordada en varias oportunidades en este colóquio, haciendo alusión al trabajo de Ernestro Sinatra sobre el concepto de adixion[2].

Por otro lado, se suma también el par conexión y desconexión con el lazo social. Par utilizado por los colegas de Brasil en el texto “Tóxico & Delirio: ¿amputar la voz del Salvador o servirse de ella?” La droga puede ser aquello que vehiculiza una conexión con el Otro o aquello que desconecta. Se ve en la orientación de los diferentes casos la búsqueda de una conexión con el Otro y con el propio cuerpo que sea soportable para cada sujeto.  En el texto que acabo de mencionar “la figura del compositor podría ser una discreta invención que funciona como enganche al Otro social”. Los colegas de Brasil que presentan “Del beber al bebé” – una ficción bajo transferencia -, también se preguntan sobre “la posibilidad de tejer una forma de delirio que reestablezca un lazo social más compatible con la vida”. En este sentido, en el caso presentado por los colegas de Rennes, el sujeto “Matrixado” precisa desengancharse del pensamiento, pero no quedar totalmente suelto del Otro. A su vez, en el caso que presentan los colegas de Bruselas el sujeto lo dice con todas las letras: “cuatro años sobrio y lo social se había vuelto aún más difícil”. En ese sentido se preguntan si podría su ideal de ayudar a los demás, su identificación imaginaria al “buen técnico”, funcionar “como un delirio ordinario que lo enganche al Otro” de una nueva manera.

Quiero resaltar también el par de la práctica de intoxicación y algunas prácticas sexuales. En un caso presentado en el texto “Tóxico ◊ delirio” de Argentina, el consumo sirve para liberarse del “morbo que lleva adentro”. Es un consumo que intenta deprenderse de lo insoportable de lo sexual. Pero también se menciona en el argumento y en el trabajo de los colegas de París el chemsex. Una práctica sexual “bajo influencia” – si me permiten la expresión – que empuja a lo sexual. Una práctica que empuja a lo sexual extendido en el tiempo y tratando de burlar la alternancia fálica, que siempre supone una limitación. En efecto, si la droga es la que permite la insubordinación con lo sexual, como lo plantea J.-A. Miller, la época actual empuja a una práctica sexual – bajo influencia – que pudiese no tener limitaciones. Una nueva manera de insubordinación sexual. De hecho, la ciencia buscó una pastilla para la disfunción sexual de la erección y la primera sorpresa de los laboratorios fue que la usaban los jóvenes para poder sobrepasar la alternancia propia de lo fálico, para poder mantener indefinidamente lo sexual.

Finalmente me detengo en el último párrafo del texto de Bruselas, donde el analista plantea respecto del caso presentado, lo siguiente: “generalmente, cuando tiene tendencia a perderse en sus excesos, mis intervenciones apuntan a poner límites a un goce que desborda. Cuando la muerte se convierte en la última salida, escucho sin dar consistencia a lo que dice y, sobre todo, fijo una cita para verlo nuevamente. A veces le doy consejos y lo animo a realizar determinadas gestiones administrativas o deportivas. Acuso recibo de sus mensajes escritos y a veces respondo a ellos”. Este párrafo muestra al analista de orientación lacaniana – que como decía Lacan es lo más libre que hay en la táctica -, que está totalmente dispuesto a hacer la intervención que cada caso y cada momento de la cura amerite.

Pero también este Coloquio del TyA muestra que hay una elaboración colectiva que intenta pensar una clínica muy precisa que sigue una estrategia y que tiene una política. Una elaboración colectiva que empezó entre unos pocos hace mucho tiempo  – más de 30 años – con la orientación de J.-A. Miller y que hoy sigue de manera ininterrumpida en una comunidad cada vez más numerosa y que en estos años sigue actualizándose. Espero que dentro de dos años el Congreso de la AMP en torno al tema de “No hay relación sexual”, sea la oportunidad donde el TyA vuelva a reunirse en forma presencial para continuar con nuestro trabajo.

Quiero agradecer, a cada uno de los autores de los trabajos presentados, a los colegas de la traducción – Tomás Verger, Catery Tato, Jorge Castillo, Tomás Piotto, Fernanda Turbat, Daniela Dinardi, Elisa Alvarenga, Giovanna Quaglia, Maria Wilma Faría, Cláudia Generoso, Cláudia Reis, Marie-Françoise de Munck, Wendy Vives Leiva, Violaine Clément, Pablo Sauce, Cassandra Dias – y también a los colegas de la comisión de organización de este evento: Pierre Sidon, Nadine Page, Nelson Feldman, Marie-Françoise de Munck, Éric Taillandier, Gloria Aksman, Giovanna Quaglia, Elisa Alvarenga, Alejandro Góngora, Anne Poumellec, y especialmente el trabajo de Ève Miller-Rose.

 


[1]  Lacan, J., ¡Lacan por Vincennes!, Revista Lacaniana n. 11, Buenos Aires, Grama, 2011, p. 7. Texto publicado nuevamente en Scilicet Todo el mundo está loco, Buenos Aires, EOL, 2024, p. 21.
[2]  Sinatra, E. Adixiones, Buenos Aires, Grama, 2020.
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