Las adicciones, nuevas formas del malestar contemporáneo

Las adicciones, nuevas formas del malestar contemporáneo

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Nelson Feldman (Ginebra, Suiza)

El psicoanálisis está comprometido con la clínica de nuestra época. La prueba es que hoy somos más de trescientos sesenta colegas conectados al coloquio del TyA por video-conferencia. Luego de dos años de pandemia del Covid 19 y de las restricciones a los encuentros, la red internacional del TyA es convocada sobre el tema Adicciones: ¿rechazo o elección del inconsciente?  Efectos de interpretación en los tratamientos por la palabra de los toxicómanos.

Las presentaciones y discusiones se centraron en los puntos siguientes:

Rechazo o elección del inconsciente

Esta pregunta se inscribe en una época que rechaza el inconsciente. Abundan hoy los tratamientos propuestos a toxicómanos sin tener cuenta en lo más mínimo al inconsciente: tratamientos coercitivos hospitalarios o en comunidades cerradas, métodos psico-educativos comportamentales o puramente farmacológicos.

El rechazo del inconsciente es un fenómeno que no concierne únicamente los sujetos adictos, ya que hoy un gran porcentaje de personas buscan una respuesta a sus síntomas o a su malestar sin interrogar el lugar del inconsciente en sus padecimientos. Pero lo que sí caracteriza a las adicciones es el uso metódico de la droga para tratar la angustia y el padecimiento. La palabra es dejada de lado durante el período de consumo para tratar el malestar por el efecto directo de la substancia, una solución radical. Es justamente la palabra la que puede hacer surgir la sorpresa y el encuentro con el inconsciente. Jacques Lacan señalaba que “los psicoanalistas forman parte del concepto de inconsciente ya que constituyen su destinatario”’.[1]

Un tratamiento por la palabra con la presencia de la analista

En la orientación lacaniana se trata de un tratamiento por la palabra con una transferencia a construir con el sujeto durante su demanda de cuidados. La transferencia, un concepto señalado como fundamental por J. Lacan en el Seminario 11, aparece claramente en todos los casos clínicos presentados en este coloquio.

En el caso presentado por Wilma Faria se pone en evidencia que la clínica de las adicciones se inscribe en el plus de goce del cuerpo. La paciente Y está atrapada en el sin límites de una adicción frenética al trabajo y recurre a los opiáceos para “anestesiarse” y seguir sometida al Otro que le exige más y más. Pero esta solución es precaria y será seguida por un pasaje al acto que abre la posibilidad de un tratamiento por la palabra. El encuentro con la analista permite de crear la escansión y una cierta distancia con el acto: un tiempo de ver y de comprender. Este trabajo hace posible un cambio en el sujeto en su relación al Otro y de ocupar “otro lugar en el mundo”, sin ser el objeto indispensable para el Otro.

En el caso de Antonio, presentado por Cassandra Dias, marcado por la precariedad subjetiva y el desenganche, la presencia y la disponibilidad del analista adquiere una relevancia fundamental para soportar el real del horror y de lo traumático que habita el sujeto.

Las formaciones del inconsciente y el sueño del toxicómano

La presencia del analista ofrece una apertura al inconsciente y Antonio trae sus sueños de angustia y pesadillas: un clown es atacado por perros. El payaso resuena con su posición de sujeto que ríe de sus desgracias. Como indica J. Lacan en el seminario 11, el inconsciente se presenta bajo la forma de la discontinuidad, pulsátil y a partir de formaciones del inconsciente.[2]

¿Los toxicómanos sueñan? Claro que sí, y es justamente frecuente en los períodos donde dejan de consumir. En los casos presentados, el inconsciente aparece a través de sueños relatados al analista y en el caso de Antonio, otra ilustración es su pesadilla repetitiva con el consumo fallido del crack. La droga en el sueño ya no ocupa el mismo lugar que cuando se la consume realmente.

¿Qué interpretación?

Otro punto abordado fueron los efectos de la interpretación y sus diferentes modalidades posibles. Jacques-Alain Miller señala que la interpretación” reside en hacer escuchar en lo que el propio sujeto dice, la otra frase”.[3] Los casos clínicos presentados mostraron el tacto y la fineza en las intervenciones del analista y Fabián Naparstek lo aborda en detalle en su conclusión.

En el caso presentado por Wilma Faria se produce una escansión, un antes y un después del pasaje al acto y se trata de crear “une pequeña invención”, un nuevo lugar para tratar el cuerpo, con un necesario punto en suspensión.

En el caso de Antonio, que adopta la sonrisa del clown, no hay significación posible sino “el vestigio de un goce silencioso”. El sujeto rememora un episodio de su niñez cuando su madre partía misteriosamente durante la noche con una enigmática sonrisa. Una de sus alucinaciones era, justamente, la risa de su madre. El lugar ocupado por la analista fue lo que permitió a ese sujeto de desplegar estos significantes sobre ese rasgo que lo caracterizaba, el goce de la sonrisa.

El Otro de la institución

En ciertas situaciones clínicas de plus de goce sin límites, el lugar de la institución permite una distancia con el consumo compulsivo y la posibilidad de un punto de freno. Se trata de un Otro que pueda contener y de allí la importancia de un dispositivo para tratar el malestar del sujeto con la palabra. La viñeta del TyA Paris sobre el Sr. D. pone en evidencia esta función de contención del centro de acogida para un sujeto que logra “estabilizarse”, aunque en apariencia, nada se moviliza en su funcionamiento. Pero en el momento de postular para cambiar de residencia y dejar la institución, el sujeto vacila y aparecen lapsus y actos fallidos. Esto funcionará como un activador de nuevos proyectos, de salir de un lugar de pasividad y de ocupar otro lugar en esa institución.[4]

Desafíos de la clínica y la hoja de ruta a seguir 

En los casos presentados se aprecia la severidad que acompaña esta clínica actual de sujetos sin brújula que buscan un precario equilibrio a través del consumo de substancias. Las dificultades en los tratamientos por la palabra están ligadas a situaciones complejas y al riesgo de la muerte, a veces muy cercano. El trabajo en equipo en nuestra orientación puede ser muy útil.

Este coloquio puso de relieve la importancia del concepto lacaniano de goce que caracteriza esta clínica del exceso, del sin límites y sin bordes.

En el siglo XXI, la lógica capitalista del consumo, del utilitarismo y del sujeto consumidor favorece un tipo de lazo social basado en la satisfacción inmediata de la demanda y deseos. Las adicciones, nuevas formas del malestar contemporáneo, se inscriben en esta lógica.

Las enseñanzas de Jacques Lacan y de Jacques-Alain Miller nos orientan. Los diferentes grupos y miembros del TyA han producido desde hace años textos y publicaciones que testimonian de un saber que nos enriquece. Debemos mantener el trabajo en común de la red internacional del TyA a partir del próximo coloquio internacional, siempre teniendo en cuenta los contextos de cada región y país.

Continuemos a estimular la participación y la integración de colegas interesados por esta apasionante clínica contemporánea.

 


[1]  Lacan, J. Posición del inconsciente Escritos II, Buenos Aires, Siglo XXI ed., 2009, p. 808.
[2]  Lacan, J., El Seminario Libro 11, Los cuatro conceptos…, Texto establecido por Jacques-Alain Miller. Buenos Aires, Paidós, 2009.
[3]  Miller, J.-A., L’écoute avec et sans interprétation, dialogue avec des collègues de la NLS à Moscou, 15 mai 2021, https://www.youtube.com/watch?v=F56PprU6Jmk

[4]  Zenoni, A. La otra práctica clínica, Buenos Aires, Grama, 2022.

 

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