Este post também está disponível em:
Fabián Naparstek (Buenos Aires, Argentina)
El TyA tiene una marca, que es una marca de origen, y que hemos sostenido en el tiempo. El TyA produce una elaboracion colectiva, propia de una comunidad de trabajo. Esta última es una elaboracion siempre muy cerca de la clínica y donde se presentan trabajos de los diferentes grupos alrededor del mundo.
A la vez, tenemos una orientacion muy precisa. Como ya lo señaló Ève Miller-Rose al comienzo, hemos partido de tomar la propuesta de Jacques-Alain Miller en el argumento: «Nada de escucha sin interpretación», señala J-A. Miller[1]. Habría que definir a que llamamos interpretación en cada caso, pero hoy es claro que en nuestra orientación hay una escucha muy precisa y que tiene efectos.
Ante un goce excesivo se aisla, se localiza, se extrae, se sanciona algo. Se constata un detalle. En el trabajo de los colegas de Bruselas, Hélène Coppens señala que se hace existir un dolor en una monomanía de Valtran. El analista constata y certifica ese dolor. En la exposición de Rennes, Eric Taillandier, subraya cómo se ubica un insoportable. Se va de la niebla al velo. Se localiza que hay un consumo antes de cada relación sexual. En la presentación de Suiza, Nelson Feldman localiza un fantasma de sumisión ante el exceso de la pornografía. En una de las presentaciones de Argentina, Nicolas Bousoño subraya el “andar con lo mio” y la “llave francesa”, extrayendo un “uso singular de la palabra”. Así mismo, en uno de los trabajos de Brasil, Wilma Farias ubica que un accidente funciona como un antes y un después en un tiempo que no tenía cortes ni fisuras. A su vez, en el otro texto de Brasil, Casandra Dias indica que el significante “atentado” se extrae y se abre una brecha del inconsciente. En la ponencia que nos traen los colegas de París, Éric Colas localiza los eventos corporales y se señala la celiaquía -“no como la de la tía”- como un “toque del inconsciente”. Desde Barcelona, a su turno, Juan Manuel Álvarez extrae en uno de los casos el significante “Saltinbanqui” ante un consumo de todo, de todo lo que haya.
Tenemos una clinica de los desorientados – desbrujulados – por el exceso; de los deslocalizados y el análisis empuja a una clínica localizada. Se localiza algo, se constata un evento, se subraya un significante, se hace aparecer el cuerpo, etc. Ante un consumo generalizado y excesivo, se localiza algo singular.
Esto sigue la propuesta del trabajo leído por Luis Salamone – el otro trabajo presentado por el TyA de Argentina – donde se resalta el aspecto de lo singular y lo que se repite del lado del exceso. Lo que itera. Ahí donde itera algo, a la vez, anida lo que Ernesto Sinatra ha trabajado con el término de adixión con X, como algo singular.
Ahora bien, esta clínica de la Orientación Lacaniana tiene sus llaves de acceso. Como el paciente que encontró su llave francesa en el análisis. Nosotros tenemos nuestras llaves: nuestras llaves para localizar estos elementos en la clínica. Que también es ajustable para cada caso.
A mi gusto, Jacques-Alain Miller ubica tres llaves o referencias diferentes en tres momentos distintos de su curso de la Orientación Lacaniana. De hecho, las tres referencias han sido usadas – de una u otra manera – a lo largo del coloquio.
Me refiero, en primer lugar, a la toxicomanía y el falo. Lo que solemos llamar la clínica de la ruptura con el falo. Esto último presentado por Jacques-Alain Miller en un texto central para nuestros trabajos. Me refiero al texto llamado, “Para una investigacion sobre el goce autoerótico”, del año 1989[2]. En segundo lugar lo que podríamos llamar la clínica de las toxicomanías y el objeto pequeño a. En este caso tenemos la propuesta de Jacques-Alain Miller de “la toxicomania como un anti-amor”; Me remito a la “Teoría del partenaire” de los años 1996 y 1997[3]. En tercer lugar, podemos retomar la relación entre la adicción y el síntoma. En ese mometo Jacques-Alain Miller parte de su planteo sobre la iteración. La referencia la encontramos fundamentalmente en el Curso del Ser y el Uno[4] del año 2011. En las dos primeras, se habla de toxicomanía y recién en 2011 Jacques-Alain Miller habla de adicción. De allí surge el trabajo de Ernesto Sinatra de la adixión con X.
Desde mi perspectiva las tres versiones son muy actuales para abordar nuestra clínica y no incompatibles entre sí. De hecho, en 2019 Jacques-Alain Miller vuelve en la conversación clínica de Uforca sobre la clínica del objeto pequeño a con un caso de Sonia Chiriaco – “Sobre la línea”[5] – diciendo que últimamente hemos abandonado un poco la referencia del pequeño objeto a.
Pues bien, se abre para nosotros una investigación clínica en torno a estas tres llaves o herramientas o referencias en nuestro campo – que nos propone Miller. Investigación que también tiene en el horizonte el tema de lo singular y lo general a partir del tema de nuestro próximo congreso de la AMP; “Todo el mundo es loco”. ¡Hacia allí vamos!
Solo me resta agradecer a la comisión de organización del coloquio: Nadine Page y Nelson Feldman, con David Briard, Cassandra Dias, Darío Galante, Pierre Sidon, y el apoyo de Ève Miller-Rose y Anne Ganivet-Poumellec por la Fundación del Campo Freudiano.