La inquietante familiaridad de las drogas: reseña del III Coloquio Americano de la Red TyA

La inquietante familiaridad de las drogas: reseña del III Coloquio Americano de la Red TyA

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The disturbing familiarity of drugs: review of the III American Colloquium of the TyA Network

Cláudia Maria Generoso (Belo Horizonte, Brasil)
Psicoanalista, Psicóloga en Centro de Atención Psicosocial Alcohol y Drogas, Coordinadora Adjunta del Núcleo de Toxicomanía del Instituto de Psicoanálisis y Salud Mental de Minas Gerais
 Claudio Spivak (Buenos Aires, Argentina)
Miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana, miembro de Asociación Mundial de Psicoanalisis, Docente de la Facultad de Psicología (UBA), Secretario del Departamento de Toxicomanías y Alcoholismo (TyA-Argentina)
 Marcelo Quintão e Silva (Belo Horizonte, Brasil)
Miembro del Núcleo de Toxicomanía del Instituto de Psicoanálisis y Salud Mental de Minas Gerais,
médico psiquiatra – Red de Salud Mental del Ayuntamiento de Belo Horizonte

Resumen: Reseña del III Coloquio Americano de la Red TyA que tuvo lugar en septiembre de 2017 en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, sobre el tema «La inquietante familiaridad de las drogas».
Palabras clave: drogas, toxicomanía, contemporáneo, goce
Abstract: Review of the III American Colloquium of the TyA Network held in september 2017 in the city of Buenos Aires, Argentina, on the subject “The disturbing familiarity of drugs”.
Keywords: drugs, drug addiction, contemporary, jouissance

El III Coloquio Americano de la red TyA tuvo lugar el día 13 de septiembre de 2017 en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, como uno de los eventos satélite del VIII ENAPOL, donde se debatió el tema «La inquietante familiaridad de las drogas».

La organización del Coloquio tomó como eje de difusión los vínculos entre la droga y la cultura, siguiendo la indicación del argumento: «narrar la historia de los narcóticos es casi como narrar la historia de nuestra cultura». A tal fin se instrumentó un espacio digital en la siguiente dirección: https://www.facebook.com/coloquiotya/. Durante los meses previos al Encuentro se publicó unas decenas de textos, rescatando especialmente la relación particular que han establecido distintos personajes de la cultura con la droga en un sentido más amplio. Siguiendo esta orientación se publicó escritos sobre, por ejemplo, Kurt Kobain, R. L. Stevenson, Amy Winehouse, Andre Agassi y Jim Morrison, entre otros. Las producciones se encuentran en línea y pueden ser consultadas en la dirección mencionada.

La apertura del evento contó con importantes psicoanalistas del comienzo del TyA en Argentina, tales como Ernesto Sinatra y Luis Darío Salamone, así como con la presencia de la vice presidente de la AMP, Angelina Harari. Mesa coordinada por Carolina Hernández, directora del CID de la NEL Maracaibo, Venezuela, quien señaló que el III Coloquio TyA se demuestra como la consolidación de un espacio de encuentro y debate. Asumió asimismo el compromiso de fundar la red TyA en Maracaibo, Venezuela, ampliando este tipo de investigación articulada con la práctica.

El tema sobre la inquietante familiaridad de las drogas, abordado por Ernesto Sinatra, subrayó el componente adictivo del circuito del consumo de mercancías en la actualidad, teniendo la producción de drogas-mercancías el sentido de que las mercaderías en sí mismas tienen un valor adictivo El éxito de esta conjunción se sostiene de la hipótesis propuesta por el autor de que el mercado se vale directamente de la condición estructural de la subjetividad a partir del fundamento bipolar del consumo. Describe el proceso del parlêtre a partir de la relación con el vacío fundamental que demarca la inexistencia de un goce universal, y los objetos producidos por el mercado (gadgets) como promesa para suturar ese vacío. El discurso capitalista interviene en el mercado produciendo un objeto para suturar con los pequeños objetos el vacío central del goce imposible, siendo su función la de hacer existir un goce suplementario de los sexos, que no existe. Entretanto, lo que se substituye con los gadgets no es un objeto, sino un goce, y por eso ningún objeto puede ajustarse allí de manera adecuada y permanente, dado que nunca habrá un objeto de goce universal. La iteración del goce, entonces, causa el movimiento de los objetos, que se substituyen unos por otros, patentizando así la infinitización por la vía del mercado en la promesa engañosa de satisfacer al parlêtre.

Ésta es la falacia que se compra y que produce la llamada moral adictiva del consumidor, dividida entre la tristeza por la abstinencia del objeto y el triunfo de tenerlo bien sujetado. Ese es el fundamento maníaco-depresivo o bipolar del consumo. Entre la exaltación maníaca y la tristeza depresiva se manifiesta el vacío, el punto exacto de la no relación, y que recicla el proceso de consumo en una metonimización asintótica.

Goce familiar e inquietante que también fue destacado en la exposición de Luis Salamone. La substancia tóxica alimenta al sujeto, siendo muchas veces capaz de separarlo del Otro, incluso del inconsciente, pero no de la pulsión de muerte. Consecuencias nefastas generadas por ese tipo de goce que colocó al tema de las adicciones como uno de los más importantes para la política psicoanalítica, refiriéndose a la inquietud de Judith Miller quien se ocupó de la apertura de la red TyA en la AMP.

Luego, Fabián Naparstek, coordinador del TyA internacional, y Jorge Castillo (TyA Córdoba) presentaron el tema del II Coloquio Internacional de la red TyA a ser realizado en Barcelona durante el Encuentro de la AMP en abril de 2018. El tema propuesto es sobre los enganches y desenganches en las toxicomanías y adicciones. Se lanzó, asimismo, la invitación para presentar trabajos en este evento.

Luego de la apertura fue el momento del seminario teórico a cargo de Jésus Santiago, asesor del TyA Brasil, que desarrolló sus ideas sobre el tema «Droga: ¿herejía u ortodoxia en el Otro de la civilización?». El seminario abordó las consecuencias de la supremacía del discurso de la ciencia en todo abordaje de la cuestión de las drogas en la civilización, determinándola de forma absoluta: junto con la ciencia, la droga se volvió un tóxico. Al literalizar las substancias de la naturaleza, como si la droga habitara la naturaleza en tanto realidad prediscursiva, privilegia las propiedades tóxicas de las substancias, midiendo su dosis letal, relacionándose la noción de intoxicación con el grado de nocividad de las substancias. Esto produce efectos en el espacio jurídico expresados en el arsenal de disposiciones legislativas sobre la nocividad y el abuso de la droga, de lo cual se deriva la represión policial. La hipótesis lacaniana de una moral en la naturaleza es la de que se desprende del discurso de la ciencia como imputación a la droga del papel de herejía frente a la civilización, así como el de ser uno de los responsables por muchos flagelos actuales.

Para el psicoanálisis no hay droga en la naturaleza, y su definición se constituye en el contexto discursivo en el que se la enuncia. Su uso toxicómano es tomado como punto de partida por la vía del concepto paradójico de la economía de la satisfacción libidinal, originando en el psiquismo el lazo especial y contradictorio entre el sujeto y sus objetos. Tal satisfacción, tomada en su aspecto lábil cernido al campo obscuro del goce, se correlaciona con la pulsión, teniendo sus objetos la marca de lo imposible bajo la égida del principio del placer: no satisfacerse, sino por medio de la alucinación –y en el goce el trazo fundamental de no realizarse, a no ser con lo que no sirve para nada–. En esta experiencia subjetivada, la droga sólo tiene relación con la realidad mediante un fragmento escogido de ésta. Y al hacer una elección para el destino de su vida, el sujeto se torna un hereje –es preciso escoger el camino por el cual alcanzar la verdad, más allá de poder someterla a confirmación, es decir, ser hereje de una buena manera–. El toxicómano es un hereje de una mala manera, pues en su rechazo del inconsciente se priva de usar su herejía lógicamente, hace un mal uso de sus elecciones y de sus excesos.

De la herejía se pasa rápidamente a la ortodoxia, ya que la droga del toxicómano se torna un dogma al que el sujeto se somete de acuerdo al imperativo de una repetición monótona y ritualista del uso. Hacer de la droga un meaning is use, cuyo significado se reduce al puro valor de goce.

La satisfacción pulsional por la elección forzada del phármakon, reversible entre remedio y veneno, cuenta con el factor real del goce, no sólo por su inutilidad, sino sobre todo por su eje inexorable con el mal. El goce es un real que siempre encierra la vertiente del mal, y el uso de la droga viene como construcción substitutiva, como defensa ante las fijaciones de goce de carácter disarmónico, cuya extrañeza tiene que ver con lo que se puede trasmudar entre el remedio y el veneno, entre el bien y el mal. Se presupone, así, la disyunción entre las vertientes del phármakon como símbolo (prevalencia del efecto de significado) y como letra (prevalencia de la naturaleza de objeto), condición de residuo que la droga asume en la civilización, que es el indicio de algo nocivo. A partir de tal disyunción de la droga promovida por la ciencia se torna posible la toxicomanía como recurso y la droga como artefacto, soporte artificial de un puro substituto. Artefacto que no es semblante, sino un instrumento reparador para remediar el hecho de que, para ciertos sujetos llamados toxicómanos, el semblante fálico se muestra en ruptura con su operatividad sobre el goce.

Luego del seminario, que promovió puntos importantes de discusión, hubo dos mesas de trabajos clínicos, componiéndose la primera por Nicolás Bousoño (TyA Argentina), Maria Wilma Faria (Responsable TyA Brasil) y Ana Viganò (TyA México). La segunda mesa, con Hilda Vittar (Asesora TyA Córdoba), Antônio Beneti (Asesor TyA Brasil) y Darío Galante (Codirector TyA Argentina). Fueron momentos de discusiones clínicas que testimoniaron la práctica psicoanalítica ante la función del uso de drogas para cada caso frente a lo inquietante del goce de cada uno, la función de la droga en la economía psíquica y la toxicidad del goce. Situaciones clínicas que implican los efectos del mundo actual en las relaciones subjetivas, siendo la nuestra una época toxicómana cuya naturaleza puede ser observada a partir de las formas que se presentan hoy en día. Como ejemplo, el uso actual de drogas sintéticas en las fiestas electrónicas en las que los cuerpos se agitan sin palabras, de forma anónima y sin consciencia, en que las personas ponen en riesgo sus vidas. Situaciones clínicas que destacan la relación del goce toxicómano con el cuerpo en una vertiente autoerótica ante un impasse originado por la sexualidad, siendo la adicción una forma substitutiva de la satisfacción primordial en el cuerpo, como ejemplificó Freud con la experiencia de la masturbación. Otro punto que emergió en la discusión clínica se refirió a la función de la droga para cada sujeto. Un caso ejemplificó la necesidad de precisar las distintas funciones que tienen las drogas y cómo sirven para tratar algo puntual, inclusive la función de detención que tiene la droga para frenar el momento en que un estado implica el desencadenamiento psicótico, incluyendo allí la función de enganche o desenganche del Otro.

También se destacó la relación de los casos de toxicomanía con las psicosis ordinarias, animando aún más el debate que se desdobló en varias cuestiones a ser desarrolladas sobre el tema. Cuestiones también referentes a la especificidad de la clínica en el campo de las toxicomanías que debe ser pensada como una clínica del sujeto y del parlêtre. El manejo de la transferencia, cuando algunos sujetos se fijan a la nominación familiar de dependientes químicos. En fin, toda una riqueza clínica que nos invita a pensar la relación de la toxicomanía con la psicosis en la actualidad, asunto cuyo debate continuará en el Coloquio Internacional a partir del tema de los engenches y desenganches en las toxicomanías y las adicciones.

El cierre fue realizado por el secretario del TyA Argentina, Claudio Spivak, y por el responsable del TyA Rosario, Adrián Secondo. Claudio Spivak nos propuso una lectura sobre la definición de la droga, realizada por Lacan en 1975. Vinculó, siguiendo la indicación lacaniana, el éxito de la droga con la emergencia de la angustia, producto del encuentro del cuerpo con el goce fálico. La droga es un éxito en el punto en que permite romper con ese goce fálico, heteroerótico del cuerpo, fuera del cuerpo y al cual afecta en su consistencia. Así, el éxito es doble, al extraer de la angustia y al mantener la consistencia del cuerpo.

Finalmente se agradeció a la Comisión Organizadora por el trabajo realizado.

Ideas presentadas en el Coloquio nos impulsan a continuar el trabajo rumbo al próximo encuentro del TyA Internacional.

Traducción del portugués: Maximiliano Zenarola
Cláudia Maria Generoso
Claudio Spivak
Marcelo Quintão

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